En nuestra entrada anterior se habló de la responsabilidad que tenemos todos, desde empresas productoras y gobierno hasta los usuarios finales, en la correcta gestión de residuos. Sin embargo, la principal estrategia para mejorar la gestión de residuos es simplemente no producirlos, o al menos producir menos; tal como dice la frase: “el mejor residuo es el que no se produce”.
A partir de la revolución industrial las sociedades humanas comenzaron un desarrollo tecnológico sin precedentes que ha llevado a aumentar la calidad y esperanza de vida de millones de personas. Sin embargo este avance ha tenido un alto costo para el medio ambiente, y la gente alrededor del mundo usa y disfruta de todos estos avances sin ser conscientes del daño que se está causando.
Las consecuencias que las actividades humanas han tenido y siguen teniendo sobre nuestro medio ambiente cada vez son mas evidentes, consumimos recursos y generamos desechos que están afectando gravemente el equilibrio del planeta.